domingo, 21 de febrero de 2016

Crónicas de un cinturón blanco

Hello. It's me. I was wondering if after all this time you'd like to read...




Siempre he creído que lo mejor que puede ocurrirte, es una serendipia. La serendipia es aquello bueno que encuentras en tu camino sin si quiera buscarlo, y que termina convirtiéndose en algo que te beneficia y marca el momento.

Recuerdo bien que la mía comenzó con un curso de orientación y un programa de negocios, lo único que sabía era que tendríamos un día lleno de actividades en las que conoceríamos más de cerca la cultura coreana.
Al venir a Seúl, hay cosas que definitivamente se deben de intentar antes de volver a poner un pie en el avión para regresar, es bueno darle una oportunidad a la historia de la Dinastía Joseon, la comida típica y también, aquellos pequeños pero grandes detalles que hacen que el país destaque aunque sin si quiera sabemos al respecto: el deporte.
Cuando pensamos en Asia, definitivamente vienen a nosotros una serie de estereotipos pero también, datos culturales, y como referencia, Artes Marciales.
Japón, Corea del Sur, Corea del Norte y China comparten una serie de conocimientos en cuanto a las artes marciales, haciendo propia sus técnicas y compartiéndolas al mundo, incluso siendo participe en los juegos olímpicos.
La primera vez que entré al Dojang (término usado en las artes marciales coreanas, tal y como es el Taekwondo, Kuk Sool Won y el Hapkido, se refiere a un salón formal para entrenar), no tenía mucha idea sobre lo que trata realmente. En realidad, era una clase de prueba para el curso de negocios y era un pequeño vistazo en este mundo. 

Ahora, cada tarde, al entrar al Dojang hay algo que transmite tranquilidad. Tal vez es el balance de los colores, la forma de la acomodación del lugar o la calidez de las personas, seguramente es todo eso.

Arirang Taekwondo comenzó en el 2007 como un club dedicado a un público joven-adulto, porque lamentablemente este deporte está enseñándose a niños y conforme crecen, pierden el interés. Pero lo más importante de esto, es que Master Jin, no sólo promueve con adultos, sino que también, integra a todos aquellos extranjeros para que no se pierda el conocimiento.
Y esa, hasta ahora, ha sido una de las serendipias más recientes que me ha tocado encontrar.
Por ahora, observar la bandera de Corea del Sur y la cita de Bruce Lee me hace sentir inspirada y estoy segura que si alguna vez, persona que lees esto, tienes la oportunidad de visitar el lugar, te darás cuenta de que el ambiente te hace sentir casi como en casa, sobre todo, por la calidez humana que se derrocha ahí dentro.